Un ciclista canadiense que no le tiene miedo a los kilómetros, dejo su ciudad natal Québec Canadá, con una lista de 100 retos para adentrarse en un viaje en bicicleta por todo el continente Americano
Todo comenzó como un sueño de adolescente, cuando Hugues tenia la edad de 13 años y cruzo el país de Canadá en carro con sus papas y su hermano, en ese momento el imagino hacerlo algún día pero en bicicleta, nueve años después ese día llego exactamente el 25 de Junio del 2007 cuando inicio con el recorrido en su bicicleta de carreras no sin antes despedirse de sus amigos quienes le encomendaron 100 retos para realizar en el transcurso de su viaje por todo Canadá de Este a Oeste hasta llegar a Vancouver, tardo dos meses el recorrido exactamente al final del verano el 26 de agosto de 2007 donde a partir de este momento, sintió que no había sido suficiente, tomo el mapa y vio que podía ir por toda la costa y seguir hasta el sur, cruzar todo Estados Unidos y pasar por México y Centro América hasta llegar a Tierra del Fuego Argentina, en un promedio de 2 años.
“No tenía un plan muy preciso
en cuanto al itinerario,
pero sabía que quería llegar
hasta Tierra de Fuego,
en el sur de Argentina”.
La frontera Canadá - Estados Unidos. Al llegar a la frontera Hugues comenzó a prepararse mentalmente ya que algunos amigos le habían platicado de las dificultades para entrar a los Estados Unidos, al llegar a la aduana se encontró con que no era el único ciclista pues ya había frente a el dos mas y decidió preguntarles sus experiencias a lo que comentaron “Con un pasaporte canadiense, no te hacen muchas preguntas", eso lo tranquilizo un poco al llegar finalmente su turno el aduanero le pregunto el motivo de su estancia a los Estados Unidos, apenas inicio con la historia de su viaje cuando el aduanero le respondió “Esta bien, puedes pasar y descansar un poco debes estar cansado”. En menos de treinta segundos de interrogación, el aduanero le había concedido el acceso a los Estados Unidos, “tanta tensión para nada” pensó Hugues.
Los Estados del Noroeste
Los carros sin duda fueron las cosas más sorprendentes del lado meridional de la frontera que vio Hugues, a lo cual nos cuenta su experiencia:
“De la cumbre de mi bicicleta, observaba este universo dibujado, en donde los autos compactos y semicompactos no forman parte del paisaje; más bien son sustituidos por grandes camiones. En segundo lugar, todas las actividades se hacen en carro, pasan la mayor parte del día en el carro hablando por teléfono para no perder tiempo; pasan por sus medicamentos a la farmacia sin bajarse del carro; hacen sus operaciones bancarias sin bajarse del carro, antes de cenar ya están en otro autoservicio de un restaurante, ignoro si esta situación ilustra realmente la vida de algunos Americanos, pero es a pesar de todo aberrante constatar que sería posible vivir la mayor parte de su vida encarcelados dentro de sus autos”.
Un accidente en el extranjero
El 26 de octubre del 2007, dos días después de su llegada a San Francisco, la idea de abandonar su viaje paso por primera vez en la cabeza de Hugues mientras seguía su ruta en bicicleta por una de las principales calles, una conductora desatenta le cortó el camino. “Todo pasó muy rápido: volé por los aires, aterrizando sobre mi hombro derecho y el suelo quebró mi casco. Una persona extraña llamo al 911; cuatro camiones de bomberos llegaron; la ambulancia hizo su aparición, en menos de quince minutos, la tarde había cambiado completamente. En marcha hacia el hospital, en la ambulancia tenía miedo y me sentía lejos de casa, ignoraba qué tan herido me encontraba y si podría reanudar mi viaje pronto”.
Alrededor de la medianoche fue dado de alta, con las radiografías en la mano, el diagnóstico del médico fue positivo: ninguna fractura, solamente algunos rasguños y una fisura en su hombro. “A pesar de la bufanda que sostenía mi brazo derecho, sonreía a la idea de poder conducir de nuevo mi bicicleta en una semana”. No obstante, la bicicleta había absorbido el impacto del choque quedado inservible y no solo eso, la factura del hospital ascendía a un poco más de $11,000 dólares. Es entonces cuando comienzan los trámites por parte de la compañía de seguros de la automovilista que lo atropello, el informe policial indicaba que la conductora era culpable. Sin embargo se dio cuenta que lo que parece sencillo se complica fácilmente en el extranjero. Debía comunicarse por fax con la compañía de seguros en Canadá, además de recibir varios documentos por correo. Los plazos se alargaban a medida que el expediente avanzaba. Un mes después del accidente, decide dejar San Francisco, aunque el expediente no estuviera completo.
La frontera México-Americana.
Después de una rápida travesía del sur de la California, Hugues llegaba el 17 de diciembre del 2007 a San Diego, a las puertas de México. No sabía demasiado que esperar, entonces decidió cruzar a pie el 22 de diciembre la frontera yendo con el fin de ir a pasar una tarde con amigos que conoció por Internet a México. Al final de la tarde, regreso a los Estados Unidos tan fácil como había salido. Le sorprendió constatar que la frontera San Diego-Tijuana es muy particular: salvo si se tiene algo que declarar, “No mire ninguna aduana para entrar a México como la de Estados Unidos y de regreso no plantean demasiadas preguntas a menos de que tengas aire de Mexicano, por mi parte el aduanero me saludó apenas vio mi pasaporte y me lo devolvió una decena de segundos mas tarde. Por el contrario a lo que se refiere la travesía de los Mexicanos, el proceso es mucho más complejo, a tal grado que varios Mexicanos intentan saltar clandestinamente a los Estados Unidos, todos los días. Es paradójico constatar que en una zona de libre comercio tal como se le conoce, todos los miembros no son libres para ir y venir de país en país como les parezca”.
“Es paradójico constatar que en una
zona de libre comercio tal como
se le conoce, todos los miembros
no son libres de ir y venir de país
en país como les parezca”.
El 26 de diciembre, Hugues volvió a cruzar México pero ahora lo hizo en su bicicleta con todo su equipaje. Paso 3 días en Tijuana antes de tomar la carretera a Mexicali a lo que nos cuenta su experiencia “¡Tardé dos días para llegar a Mexicali, pase unas horas en Tecate y bajar la Rumorosa fue impresionante, donde me recibió una familia super acogedora para celebrar el año nuevo! Mario es el couchsurfer que conocí por Internet y me dio un espacio para dormir, mientras estaba allí me enteré que la carretera que tenia pensado tomar del lado mexicano era demasiado estrecha, sin borde y de que los conductores eran demasiado imprudentes. A raíz de estos consejos, decidí tomar la carretera de Arizona con el fin de volver a México más tarde en Nogales. ¡Este camino me alarga un poco el viaje, pero creo que hice bien en tomarla!” A partir de Mexicali esta vez, la travesía de la frontera no fue realmente más complicada, la aduanera planteó algunas preguntas, pero en menos de dos minutos ya estaba en
suelo americano.
¿Generosidad, admiración o ambos?Un día Hugues entro a una Pizzería y una Señora le ofreció una pieza de pizza sin pedírsela y mientras comía otro muchacho se acercó y le dio $20 pesos. “No sé si es porque tengo aire de vagabundo o simplemente porque la gente admira mi viaje, pero todo el mundo ha sido generoso conmigo”.
¿Cómo mantiene Hugues su viaje?
El estudio en la Universidad la carrera de Programador Multimedia. La forma en que se mantiene es trabajando como programador de paginas de Internet para una compañía de Québec, Canadá donde empezó a trabajar 6 meses antes de su viaje. En veces se detiene 3 días en algún lugar y programa alguna pagina, como su trabajo lo realiza por Internet no necesita estar en dentro de una oficina, solo necesita estar en un lugar con conexión a Internet y al terminar su trabajo le depositan en su cuenta de banco. Además es miembro de la comunidad CouchSurfing.com una comunidad de viajeros que se prestan mutuamente su sillón para dormir, en realidad solo es darse estancia por unos días mientras continúan con su viaje y convivir No como turistas sino con gente de la comunidad en un ambiente familiar, pero esa es otra historia.
Actualmente (Febrero 2008) Hugues se encuentra en Ciudad obregón, Sonora donde planea quedarse un mes por motivos de trabajo y después continuar con su viaje hasta llegar a Ushuaia La Tierra del Fuego, Argentina.